Obteniendo respuestas - [Priv. Tsukino Sato, Pasado]

por **Kirei Nozui** Mar Jul 26, 2016 1:34 am

El cielo había amanecido encapotado. Miles de coches se movían a través de las autovías de Tokyo conformando la sangre que fluía por la gran metrópoli. Todos aquellos trabajadores se desplazaban a sus respectivos puestos de trabajo, así como hacía Kirei Nozui. La radio no tenía nada más interesante que las noticias matutinas, por lo que aquel hombre dio paso a un disco de música clásica. Se había informado ya leyendo el periódico virtual mientras desayunó su café con leche; cuatro víctimas en un brutal homicidio en el distrito 8. Con un giro in crescendo, su vehículo al fin tomó el desvío pertinente hacia el distrito 23. Hacía una hora que había abandonado su vivienda y a las 7:30 AM. conseguía aparcar en el parking de las instalaciones. Sus pasos no terminaron de llegar a la puerta cuando comenzó a llover.

La apariencia del sujeto era la misma que de costumbre. Su rostro serio mostraba una imponente presencia. Esperó refugiado bajo un porche de la entrada a terminar el cigarro. El humo escapó vagamente entre sus labios fundiéndose con la diluida atmósfera. Hacía frío allá afuera. La gabardina se ondeaba con las rachas de aire que azotaban la capital y los bajos de sus pantalones se mojaron fútilmente. Tiró la colilla al asfalto apagándola en el acto.

La identificación fue registrada por los funcionarios de la entrada y éstos le entregaron un fichero con las órdenes del día. Entrando en el ascensor acompañado por un guardia de seguridad, aquel imberbe investigador sería llevado a una sala de reuniones. Golpeó levemente la puerta y esperó a oír el permiso. -Buenos días. Soy Kirei Nozui, investigador de rango 3 del distrito 13. ¿Me hizo llamar?- comprobaría para asegurarse de que aquel era el destino correcto. Su tono era pausado y levemente audible, decidido. Era la primera vez que visitaba aquel centro y era algo verdaderamente impactante. Imaginar cientos de ghouls recluidos en este lugar era algo horripilante, aunque no para Kirei. -Señor, tome asiento. Usted y otro compañero han sido llamados para interrogar a uno de los reclusos del centro. Creemos que poseen la información de campo necesaria para sonsacarle algún dato de vital importancia para una investigación en el distrito 5. Esperemos unos minutos a su camarada-. Kirei se sentó frente a aquel directivo mientras ojeó los papeles que tenía. -Disculpe pero, ¿de qué clase de recluso se trata?- cuestionó a la par que arqueaba la ceja derecha derrochando cierto sarcasmo en sus palabras. Había oído rumores del Colchlea, pero quería que estos fueran confirmados. ¿Acaso su sujeto se trataba de un rango alto?Se oía por ahí que dentro de esta prisión había rangos SSS en las celdas. ¿Sería ese su objetivo?
El hombre miró a Kirei y luego sonrió esclareciendo el contexto. -No se preocupe señor Nozui, estarán detrás del panel. El ghoul es un rango S, ¿eso le preocupa? Déjeme decirle que en mi primera misión tuve que combatir a un rango SS- espetó con cierto orgullo dando a entender la incapacidad de las nuevas generaciones. Kirei entonces notó que mentía, era una falacia. Las dilatadas pupilas, una leve mueca en el carrillo derecho y la falta de información que dio ese superior fueron suficientes para que se percatase. Él era bueno en eso, detectar mentiras, sacar la verdad. Pero, a fin de cuentas, su víctima no era humana, su recluso era un ghoul. ¿Funcionarían sus métodos? Todo se ponía en duda. Sus vacuos ojos estaban ensimismados en los datos que aportaba aquella ficha.

¿Quién sería su compañero en la tarea? Tornó la vista cuando la puerta se abrió.

por **Tsukino Sato** Lun Ago 01, 2016 6:29 pm

Another Day

Un fuerte estruendo hizo que el joven pelirrojo alzase la cabeza con brusquedad, abriendo los ojos de par en par y comprobando que su boca estaba realmente seca. El sonido de una carpeta cayendo sobre su mesa le despertó de inmediato, recuperando lentamente los sentidos, los cuales estaban ligeramente atrofiados debido al estado somnoliento en el que se hallaba. Nuevamente, había pasado la noche por las oficinas principales del CCG y le estaba pasando factura. Debajo de sus párpados inferiores, las ojeras eran notables incluso a distancia del susodicho. El encargado de despertarlo fue un investigador de nivel uno, con el que había trabajado en alguna ocasión... aunque solo para pasar algún que otro informe a limpio, pues su ortografía era descuidada. - Tsukino-san, deberías de dejar de trabajar hasta tan tarde. No sé cómo te has ganado un ascenso en estos dos años que han pasado. - Comentó con una sonrisa sarcástica, arrastrando una silla con ruedas hasta acercarse lo suficiente a Sato. - L-Lo siento. ¿He roncado? - Se frotó el rostro con ambas manos, con intención de espabilarse cuanto antes. - Un poco, varios de nuestros compañeros no han podido el evitar reírse de tí por unos minutos. Ah, chupatintas, te queda mucho por aprender de este mundo. - Alzó su diestra, señalando con el dedo índice hacia la carpeta arrojada.

- Cuando te recompongas un poco, he de comentarte de qué se trata esta vez el favor que necesito. - El joven levantó la ceja derecha, curioso, arreglándose el nudo de la corbata que se encontraba aflojada para mayor comodidad del mismo. - Bueno, veo que no lo necesitas. Requiero que te dirijas hacia Cochlea, hay un interrogatorio que debo realizar pero tengo otros labores en los que ocuparme. Ya sabes, el famoso trabajo de campo. - Tsukino asintió, tomando la carpeta con cuidado y abriéndola para dar con la información que otorgaría semejante documento. - Es la ficha del ghoul, es un pez gordo, me gusta llamar así a los que son clasificados de rango alto. Fue capaz de liquidar a varios escuadrones sin pestañear... menos mal que contábamos con la ayuda de un Especial asociado. Lo acabó en cuestión de minutos. - Los ojos del investigador pasaban de un lado a otro con rapidez, pues estaba centrado en la lectura de la ficha. - Hmm... esta vez el favor que voy a darte... ¿No te causará problemas? - Comentó, soltando la carpeta pues ya había terminado de leerla. - Bajo ningún concepto. Sé que es cosa mía, pero vas en mi nombre y con mi permiso. Creo que sería suficiente si entrego una autorización de mi puño y letra. - El compañero se puso en pie, dando unas palmadas en el hombro al novato. - Recuerda asearte, pasaste una noche calurosa por como hueles. - El rostro del pelirrojo se encendió cual tomate.

Con un paso acelerado, se retiró hasta los baños de las oficinas, donde aplicó agua fría sobre la cara y dejó escapar unos cuantos suspiros admirando el reflejo de uno de los espejos. Apretó con uno de sus dedos del párpado hacia abajo, comprobando que todo estuviese correcto en sus ojos. Odiaba usar colirios para aclarar el enrojecimiento de la esclerótica. - Agh... tantos informes que no son míos van a acabar conmigo un día de estos. - Murmuró, cerrando el grifo que dejaba pasar agua con fuerza. Se retocó el cabello pasando sus manos con delicadeza, además de aplicarse unas gotas de colonia sobre el cuello. No tenía tiempo de irse a casa, así que esperaba que con ese remedio fuese suficiente. Tomó su gabardina gris – portaba un traje negro con una corbata roja – y su maletín donde guardaba el quinque y partió hacia su destino montado en un taxi. Ya en el mismo, preguntó al conductor si podía fumar, logrando una respuesta afirmativa y prendiéndose un cigarrillo. No tenía más remedio que fumar en público pues no le daría tiempo a tomarse uno al llegar a su destino. Recordó a su amiga Nana, a quien no le importaba en absoluto prender un cigarro fuese el lugar que fuese, soltando una sonrisa a la nada. - Tendría que comer algo... bueno, ya lo haré. - Pensó para sí mismo, expulsando el humo almacenado en sus pulmones a través de la ventanilla bajada del vehículo. Le esperaría unos minutos de camino, a lo que aprovechó para repasar la información del ghoul al que iba a conocer dentro de unos momentos.

Una vez que bajó del taxi, entró aireando su gabardina ligeramente debido a la tempestad en la que se había envuelto en escasos minutos. Su cabello estaba empapado y notaba cómo la ropa se le pegaba al cuerpo, una sensación desagradable bajo su propio parecer. Al cabo de unos simples pasos, llegó hasta una puerta donde se reuniría con el superior encargado de la zona, para hablar con él y aclarar cuáles eran las órdenes exactas del compañero al que estaba reemplazando. Relajó los músculos y llamó a la misma golpeando con los nudillos de su mano zurda, pero al no obtener respuesta, abrió la puerta sin permiso de nadie, dejando ver la imagen de un pelirrojo de estatura promedia, calado hasta los huesos con ojeras y una mueca por sonrisa pintada en su rostro. - Con su permiso. - Cerró la puerta tras entrar y ya pudo divisar a dos personas delante de él. Uno de ellos era más corpulento, con un traje azul marino y una expresión de arrogancia que invadía toda la sala de reuniones. Por el contrario, el otro investigador iba completamente de negro, con un cabello más o menos largo y una barba de varios días. - Disculpe, pero... ¿Dónde está Amainu-san? - Preguntó el corpulento, cambiando su rostro a uno más serio. Sato se puso firme y su temple cambió para estar más relajado. - No ha podido acudir. Vengo en su nombre bajo su permiso, tengo el justificante en esta carpeta. Tsukino Sato, investigador de nivel tres presentándose. - Arrojó la carpeta para que se arrastrase por la mesa hasta que llegara a quien parecía ser el jefe. - Espero que no haya ningún problema al respecto. - Hizo una reverencia doblando el torso hacia abajo a modo de saludo. ¿Quién sería el otro individuo?

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