[Presente] The Hook (Neus)

- Como que llevamos bastante tiempo sin hacer nada, ¿no crees, cariño? La vida diaria resulta sorprendentemente anodina cuando esta ciudad no intenta matarnos. - La voz del muchacho pelirrojo saldría en una corriente perezosa desde detrás del respaldo del sofá dispuesto a mitad del salón, dirigiéndose hasta las oídos de la propietaria de la vivienda en la que estaban en ese momento, la chica de cabello rosado que como de costumbre trabajaba sentada en la mesa de dibujo del fondo. El día era un viernes por la mañana, uno de esos en los que Neus no tenía que acudir a la editorial de forma presencial, y de los que Kerber aprovechaba para ir a vaguear a la casa de su novia, como de hecho se hallaba haciendo en aquel preciso instante, tumbado de lado sobre los cojines que acompañaban al mueble en el que yacía y ojeando con desgana un televisor que si bien mantenía encendido, había desprovisto de sonido bajando el volumen a cero con el mando a distancia que todavía aferraba en su mano derecha. En un todo, debía resultar la viva imagen de un hombre planta. De preferencia un ficus. - ¿Te falta mucho por dibujar hoy? Podríamos ir al cine o algo. Ni siquiera he revisado la cartelera, pero cualquier excusa para dejar de acumular polvo y que nos de el aire me parece maravillosa. - El deje de sarcasmo en su tono de voz era evidente, al igual que el hastío que comenzaba a consumirle las entrañas.

La relación de noviazgo entre ambos Ghouls jamás había sido lo que uno definiría como "convencional". La misma había nacido entre tragedias y peligros letales, se había desarrollado entre atentados terroristas y se había vuelto oficial en uno de esos esporádicos periodos de calma entre peligro letal y ataque terrorista. El no saber si iban a sufrir una muerte horrible al día siguiente había sido un elemento clave de la relación durante demasiado tiempo. ¿Quién iba a pensar que vivir unos cuantos meses sin el mundo tratando de autodestruirse se volvería algo negativo? Bueno, al menos negativo en el contexto de que Kerber se estaba subiendo por las paredes de puro aburrimiento. Y no, no estaba cansándose de ser el novio de Neus, sino que más bien se estaba aburriendo de su propia existencia. El mundo del Yugi cada vez le satisfacía menos, no porque por fin estuviese madurando, sino más que nada porque cada vez le daba menos dinero, con eso de que Konami no levantaba cabeza desde que echaron a Kojima y que los torneos de TCG habían perdido popularidad desde el despegue de los deportes electrónicos. Estaba seguro de que eso último era culpa de los sucios coreanos. Su otra fuente de ingresos, el tráfico de droga, tampoco pasaba por su mejor etapa, dándole suficiente para pagar las facturas, pero poco más. ¿Habría llegado el temido momento de buscarse un trabajo de verdad...? Nah, para eso tenía a Neus, quien sí poseía un empleo respetable con contrato y una nómina mensual de la cual solía regalarle parte, cosa que a veces le hacía sentirse como un maldito mantenido pero después se compraba estupideces con dicho dinero y se le pasaba. En fin, que no le desagradaba el hecho de que su chica fuese un miembro productivo de la sociedad... pero a la vez eso tenía el inconveniente de que no podía acaparar su tiempo tantas horas al día, no sin el fin del mundo cada dos meses como excusa para retrasarse con la entrega de manuscritos.

No obstante, más allá de las quejas sobre cuánto tedio le daba su actual rutina, sí que había una actividad en particular que le estaba entreteniendo bastante, aunque no podía hablar de ello en voz alta donde Neus le escuchase. Desde que los dos fueron a Yokohama para visitar a su madre y esta última le logró sonsacar a Neus detalles sobre su familia y por qué se empeñaba en que él no tuviera contacto con la misma, Kerb había intentado seguir el consejo que su progenitora le había dado y cambiar la estrategia de abordaje del tema, tratando de obviar el conocer a los padres de su pareja por el momento y en su lugar contactar con su abuelo. Sin embargo, no quería arriesgarse a proponérselo a Neus así sin más y tal vez perder su oportunidad tras recibir una de sus ya típicas negativas rotundas. Para evitar algo así, había estado usando cuanta información tenía para tratar de ubicar al señor en cuestión por su cuenta, puesto que pensaba que si conseguía contactarle, aunque fuese mediante un correo electrónico, y le contaba una pizca de la presente situación entre su querida nieta y los padres de esta... bueno, esperaba ponerle de su lado, si bien no estaba seguro de qué sería lo que eso implicaría. El problema era que uno no podía buscar en Google "multinacionales anglosajonas dirigidas por Ghouls". Bueno, si podía, pero más que nada te conducía a vídeos de Youtube sobre Monsanto y su supuesto plan para exterminar a la raza humana. Meh, Internet... Poniendo más esfuerzo en la búsqueda había encontrado algunos datos de contacto que sí coincidían con lo que quería, pero desde luego no el correo personal del director. A estas alturas, esperaba no tener que rendirse y acabar tomando el riesgo de preguntarle a su novia directamente.

- En fin... - Bostezaría, revolviéndose encima del sofá, a continuación alzándose a horcajadas, apagando por fin el televisor casi de un manotazo y estirando la espalda mientras se giraba para encarar el extremo contrario del salón. - Voy a la cocina un momento, a por algo de alcohol y comida para gatos. Adivina cuál de las dos cosas es para Mushroom.